Los pueblos, en el curso de su
vida, han encontrado formas para contar a las generaciones venideras aquellos
sucesos que por el drama o tragedia que encierran, sirven de enseñanza o
ejemplo. El “corrido”, ha sido desde hace mucho tiempo la forma preferida de expresión
versificada son el cual el sentir popular, de manera escrita u oral, condena,
lamenta o exalta, los hechos acaecidos y las costumbres que adornan su historia
lustral. A través de sus rimadas coplas, el pueblo canta, entre otros temas, el
gesto heroico, la hazaña del débil, la valentía del hombre justo o simplemente,
la victoria del caballo de los pobres. Sin embargo, por su sentido moral,
educativo y de vital ejemplo, existe un elemento que resalta sobre los demás: “el
respeto a los padres y el premio o castigo recibido, según la conducta de los
hijos”.
Para comprobar lo anterior,
baste el siguiente ejemplo: “quítese de aquí mi padre que estoy más bravo que un león no
vaya a sacar la espada y le traspase el corazón”. De la misma manera, también podemos
citar aquellos que expresan: “Yo lo digo fuerte muy fuerte y quedito, yo lo que
no quiero es que llore una madre como la ancianita del rostro marchito que
lloro el destierro de un hijo culpable”.
Estos versos reflejan la
importancia que ha tenido entre nuestro pueblo el respeto hacia la madre o el
padre; representan el sentir de la sociedad guarda desde tiempo atrás para los
padres y que, ha transmitido de generación en generación muchas veces a través de
la “voz anónima y vagabunda” que, al pasar por un poblado conto el relato y se
fue después para perderse con su “corrido” por los diversos senderos.
REFLEXION:
El respeto a nuestros padres
no se debe solo al hecho de que nos vistan y alimenten; sino a que fueron
escogidos por la Naturaleza para darnos la maravilla y grandeza de vivir. Con
el respeto a nuestros padres, estaremos sembrando en nuestro corazón la semilla
que habremos de cultivar después, en nuestros propios hijos. Si no somos
capaces de respetar a los otros y en particular a nuestros padres, seguro es
que no nos respetamos ni a nosotros mismos.
¿Por qué respetas tú a tus
padres?
R= Porque son mis papás y me han cuidado, y han
tratado de darme lo mejor.
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